3. ULTRASONIDOS:

Se trata de una terapia no invasiva que consiste en aplicar el ultrasonido de forma terapéutica con frecuencias que oscilan entre 1MHz y 3MHz, en función de la profundidad que queramos alcanzar en los tejidos. Los efectos fisiológicos son los siguientes:

  • Efectos mecánicos: se utiliza en procesos agudos. Para ello se emplean ultrasonidos de tipo pulsátil con bajas potencias y tiempos cortos. La interrupción de la vibración evita el acúmulo de calor por rozamiento entre células y, por tanto, no aumenta la temperatura de los tejidos.
  • Efectos térmicos: se utiliza en procesos crónicos. Para ello se trabaja con ultrasonidos de tipo continuo a potencias altas y tiempo largos. En estos casos, la vibración continua del ultrasonido genera un aumento de la fricción y el rozamiento entre las células de los tejidos incrementando así, el calor y la temperatura.